El Palacio da Pena en la localidad de Sintra, fue residencia de la la familia real portuguesa, y se considera patrimonio de la Humanidad desde 1995.
El Palacio da Pena no fue siempre un palacio, anterior a ello, era monasterio, el cual se quedo en ruina, tras un terremoto y con el traslado de los frailes a Belem queda deshabitado. Fue en uno de los viajes del principe Fernando II, junto a su esposa cuando se enamora de la localidad, decide la reconstrucción del monasterio de los jerónimos, y deciden convertirlo en una de sus residencias principales.
En el cerro de la montaña se encuentra este palacio, que junto con sus extravagantes colores de las fachadas, y su arquitectura recibe varias influencias arquitectónica, gótica, manuelina, islámica y renacentista, y en su interior con un mobiliario barroco.
Hay un magnifico recorrido desde sus jardines hasta la entrada al palacio, por lo que no solo se convierte en una visita cultural, sino que además es un relajante paseo por su jardín, que cuenta con especies botánicas de todas partes del mundo, lagos y estanques, así como su riachuelo que transmite la paz del agua mientras vas caminando.
Palacio da Pena ofrece vistas espectaculares durante todo el recorrido. Sus puntos altos del palacio ofrece vistas tanto la montaña, como a la playa, pero incluso en sus días claros te permitirá ver la ciudad de Lisboa. Ahora si quieres ir al punto más alto y ver el palacio con las mejores vistas tendrás que subir hasta su cruz alta.
Después de haber realizado la visita sabrás que su reconstrucción fue todo un proyecto personal de Fernando II y Maria II de Portugal, la minuciosidad de los jardines, su delicadeza a la hora de elegir las especies de su vegetación y flores, así como sus estanques y lagos plasma que su objetivo quedo cumplido.
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