domingo, 21 de diciembre de 2014

Antecedentes

Aún recuerdo los nervios, como si fuese ayer, cuando decidí coger la mochila y hacer un viaje más largo de lo normal, aunque nada que ver con lo que ves por todas las partes del mundo. Pero bueno al fin y al cabo es mi experiencia la que quiero contar, con mis incertidumbres, decisiones, miedos, coraje y valentías. 

No estaba en una de mis mejores situaciones, ni personales, ni profesionales, pero nada de ello fue lo que decido a coger la mochila y largarme. La realidad es que fue todo una casualidad, o el propio destino, cada uno que piense lo que quiera. 

La historia comienza escribiéndole a una amiga que hacía años que no veía, y que nos habíamos distanciado por diferentes motivos, que no vienen al caso, comenzamos a hablar y me comentó que dejaba su trabajo y que se marchaba a recorrer el sudeste asiático durante seis meses, con ello no sé por qué pero mi cabeza empezó a darle vueltas al asunto, pero yo nunca me hubiese atrevido a viajar solo, y ella se marchaba en un mes y a mi no me daba tiempo de preparar nada, pero si que pensé en acoplarme coger lo poco que tenía y pirarme, dejar el curro y conocer el mundo que es lo que siempre había querido. 

Por entonces mi amiga vivía en Madrid, pero al dejar el trabajo volvía a Marbella, la ciudad en la que vivo, y finalmente quedamos y me comentó que es lo que iba a hacer, yo flipaba, estaba deseando de embarcarme en esa misma aventura, aunque finalmente ella se marchó y yo me quede en la misma situación, con mi crisis profesional, personal, y el rebujito en la cabeza (expresión andaluza, rebujito dicese de una bebida alcohólica que se beben en las ferias “fiestas de pueblos¨). Mantenía el contacto con ella y me iba contando, de repente un día me escribe y me cuenta que ha estado ingresada en un hospital de Vietnam, y que regresaba para hacerse unas pruebas en España.

A su regreso (que todo fue bien, como podréis comprobar) quedamos y me estuvo contando y me vuelve a decir que se marcha de nuevo después del verano, que ya tiene el billete de avión para marcharse de nuevo, ¿Que sucede entonces? Sí, sí el rebujito de nuevo en la cabeza, que si yo me quiero ir también, que si yo me voy, que qué hago con el trabajo, que yo no aguanto más la situación, así durante días planteando los perjuicios y beneficios que podría tener. 

Un día con mi jefa en el coche, trabajando, saco el tema de conversación, y le comento la idea que tengo de marcharme unos meses para investigar su reacción, para ver que podría pasar con mi curro si decido marcharme (es cierto estaba cagado y pasando mala época en el trabajo, pero tenía curro indefinido y en época de crisis). La respuesta la verdad que fue bastante positiva, ya que ella también comparte ese espíritu viajero, y me comenta la oportunidad que tengo en frente. Claro, yo quería asegurarme que cuando volviese tendría mi curro, así que sigo ahondando y le dejo caer que el problema es la incertidumbre con el trabajo, entonces es cuando me comenta y ella misma me da las opciones. No podía creerlo, una parte ya estaba hecha.

Ahora tenia que hablar con mis padres para explicarle la decisión que estaba tomando. Bueno las reacciones las esperadas, mi padre sin decir nada, dejándome decidir y equivocarme o acertar, y mi madre poniendo el grito en el cielo, desde estúpido a si estaba loco, no se con cual de los adjetivos quedarme, pero cuanto más grito en el cielo, más ganas me entraban,  ja ja ja, me había salido la rebeldía de la adolescencia. 

Finalmente decido marcharme. Así que pedí mi licencia, ¿Quien fue la primera sorprendida? mi jefa, pensaba que no lo haría, la segunda mi madre, pensaba que estaba loco y que iba a perder el trabajo, ¿Quienes más? mis amigos, no me veían por el sudeste asiático, con una mochila y durmiendo en un hostel, comiendo comida de calles asiáticas, - el niño pijo coge la mochila-, todos pensaban que terminaría en un Resort de Tailandia haciendo llamadas a España para que me recogiese alguien. En fin, conceptos que entendía que tuviesen de mi, pero que nunca pude compartir con ellos.

Llegó el momento, una vez arreglado lo del trabajo, una vez hablado con mis padres, y una vez tomada la decisión, era el momento de buscar billetes, lo único que quería era llegar con mi amiga al lugar de destino, porque ella ya había estado, y yo prácticamente no tenía ni idea, tan solo lo que había leido, investigado, y aprendido por internet (Que tampoco fue mucho). Una vez comprado los billetes, llegaba a Hanoi (Vietnam) con mi amiga, pasaríamos una semana juntos, y después me quedaría viajando solo por Tailandia unos 20 días, hasta reencontrarnos si nos reencontrábamos (estaban las dudas de compatibilidad de viajar tanto tiempo juntos). 

Días previos a la salida, le comentaba a mi madre que quedaba poco para marcharme, ella incluso me ofreció pagarme todo lo que me había gastado si no me marchaba, pobre madre el disgusto que le estaba dando, yo solo pude responderle mamá gracia, pero solo yo sé que lo necesito hacer (algún día escribiré los diversos motivos explícitamente). El día previo a la marcha quería conocer que reacción tenía mi madre, al fin y al cabo ambos estábamos siendo egoísta, aunque cada uno con sentimientos comprensibles, así que procedo a decirle la misma frase, - Mamá mañana ya me marcho, lo mejor fue su respuesta, yo me quede sorprendido, no la hubiese esperado jamás, - Si es lo que realmente quieres, disfrutalo cada segundo. No se que paso con esa frase, pero caló más que todo lo que anteriormente me había dicho, y fue cuando me entraron todas mis dudas, aunque realmente era porque estaba asustado, me marchaba a miles de kilometros, lejos de mi familia, amigos y gente querida, y en principio viajaba con mi amiga, pero después me quedaba solo.


Esto es solo el principio de la experiencia, en el siguiente post, os contaré cada detalle del principio de la historia.