martes, 10 de enero de 2017

Los mejores espectáculos no tienen precio.

¿Cuántas cosas hacemos cuando viajamos? ¿Cuántas horas planificando cosas para hacer? ¿Cuántas búsquedas en internet? ¿Qué ver? ¿A dónde ir? ¿Dónde comer? ¿Dónde dormir? ¿Cuántas recomendaciones buscadas?

Es cierto, todos lo hacemos. Siempre queremos ir, dormir, ver, comer en sitios que sean acordes a lo que buscamos. Es una parte más del viaje y además, creo (aunque cuando creo, me equivoco) que es una de las preparaciones que hacemos con mayor entusiasmo para cuando llegué el día podamos disfrutarlo al máximo.

Pero hoy quiero hablar de una experiencia que haya donde vaya, y aunque no lo podamos ver, siempre, podemos decir que siempre está, y que además es GRATIS, que no cuesta nada, y que está casi al alcance de todos. 

Para mi lo más importante es disfrutarlo, tratando de no pensar, y formando un solo ser. Cuando alguien disfruta tanto con  algo sabrá de lo que hablo, se olvida, se pierde el norte, pero también  se pierde el sur, el este, y me quedo más presente mirando hacía el oeste.

El oeste ese lugar por donde se esconde el sol, donde nos deja bellísimos atardeceres. Un ESPECTACULO GRATUITO que cada tarde/noche nos regala la vida. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario